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Y aun así te quedaste, pero rompiste el silencio
El trend Y Aún Así Me Quedé, en el mujeres jóvenes relatan en Tiktok sus experiencias de violencia, ataña una relevancia histórica que no solo nos interpela, sino que debería desbordarnos, y a la que no podemos permanecer ajenas, por millenials y boomers que muchas seamos.
Reconstruir al monstruo
El amarillismo busca chivos expiatorios para que la mayoría se vaya de rositas con la conciencia tranquila. Hay que insistir en que en el patriarcado lo normal es la violencia sexual. Sobre todo cuando se dan las condiciones de posibilidad para su ejercicio. Aquí sí llevaba algo de razón Íñigo Errejón cuando sacaba a colación la fama y el poder, no como excusas, sino justamente al revés.
Los PAUs, una jaula de oro para las mujeres
Estas urbanizaciones propugnan una vuelta a esa mística de la feminidad fruto de la regresión a los roles de género tradicionales, en este caso, incluso en familias en las que las madres suelen ejercer profesiones liberales.
Si te vuelves a follar a tu agresor
Es durísimo emocionalmente reconocernos a nosotras mismas que esa persona a la que queremos, apreciamos, admiramos e, incluso, en muchas ocasiones deseamos nos haya agredido.
El feminismo también es bueno para los hombres
Hay que hacer gala de honestidad y decirles a los hombres, con absoluta transparencia, que hacer feminismo es un camino de mierda. Que si deciden de verdad acompañarnos en esta lucha, lo van a pasar mal, aunque probablemente nunca tanto como nosotras.
La eclosión de la rabia patriarcal
A nosotras nos instan a ser más comprensivas, más pedagógicas, a abandonar los feminismos de trinchera, a decir adiós a las armas, incluso cuando estas no son más que nuestros alaridos de urgencia frente a las injusticias.
Hombres cishetero horror picture show
La monstrificación que se hace de las mujeres trans como si fuesen “hombres con peluca que buscan colarse en nuestros baños” extiende la alfombra roja a los hombres cishetero para dejar de reconocerse a sí mismos como los principales ejecutores de las violencias machistas.
Ministras a la hoguera
Las instituciones se convierten para las feministas en una fogata al más puro estilo de la quema de brujas. La historia se repite: el sacrificio de Irene Montero que piden algunos por “el bien de La Izquierda” rememora lo que le hicieron a Bibiana Aído hace ahora más de una década.
Ser impacientes nos hace más libres
El tiempo funciona como una herramienta de control patriarcal sobre las vidas de las mujeres en la estructura heterosexual. Por eso, la impaciencia para nosotras es un acto revolucionario y empieza con el pleno ejercicio de nuestra libertad sexual: ligar como queramos, hablar cuando queramos, follar cuando nos apetezca.